29. Un poco mas de sexo grotesco para empezar el año

Y aunque ya estamos a veintitantos de enero y el año comenzó hace unas semanas, siento que mi índice de sexo por día está bajando mucho. En mi última relación amorosa que en realidad duró poco con este hombre ¿cómo se llama?, mmm, ¿cómo se llama?, el taxista pues, ¡José Luis!. Con él mínimo a diario lo hacíamos entre 3 y 5 veces. Créanlo o no. José Luis homosexual de close con muncha reprensión y yo cachonda sin que hacer, pues mucho podíamos hacer los dos juntos. Calidad impresionante de sexo. Y cantidad. Aunque de tamaño no la tenía como me gusta, no importaba, la sabía usar muy bien y por mucho tiempo.
Después anduve acostándome con el suramericano este que me dejó heredada su computadora, que luego supe la robó así que ni la saco de la casa. Bueno con él que solo me acosté unas dos veces fue fantástica como lo soy yo porque duraba hasta 3 o 4 horas. Increíble. Excelente sexo pocas veces pero durable así que en aumento mi índice se sexo por día. ¡Arriba Errática!
Año nuevo y putísima trepada en el taxi de José Luis, y trepada y agarrada-aferrada a él. Golpe y a la cárcel.
Sexo delicioso no muy durable con el policía. Después un segundo encuentro-violación con ese señor que cuida el orden de la ciudad y no permite que violadores anden jueras. Muuuy largo (ora Word ® sí me dejó escribir triple u, pero no cuando trate de escribir bueeeno – ¡ora si quizo!, ¿será que como las computadoras cada vez son más reteinteligentes aprenden como el Furby de las cosas que su amo quiere?, en fin, ¿a quién le importa?... ¿cuántos parentesisis tengo que cerrar ora?-) Pos decía que sexo muuuy largo con el Sr. De la Justicia, doloroso en veces pero placentero las mayorías de las veces. ¡Bien Errártica!, excelente manera de empezar el año. ¿Pero después qué?, ¿te propusistes un descanso?, respuesta: ¡¡¡PROSUPUESTO QUE NO!!!
El índice bajaba y bajaba y mi calentura subía y subía y sin ninguna copa que tomarx y sin na que hacer mas que ir corriendo con Caridad, mi super amiga que parece lesbiana pero no lo es, nomás con verla se me bajaba la calentura y eso que solamente me ofrecía café porque es adventista y no debe ni tomar, ni fumar ni tomar café pero sólo cuando está conmigo lo hace. Que ha aprendido a disfrutarlo mucho chuleando conmigo (en rialidad quería escribir Chaleando de echar el chal pero otra vez Microsoft Word ® puso auntomáticamente la palabra que pensó que yo quería escribirx).
Ya fue mucho de no tener sexo. ¡Como 10 días o más!, no lo podía permitir, muy mala manera de empezar el año y aunque las calandrias o cuarentenas o como se llama, mmm, mmm, ¡las canículas!, ¡NO!, ¡las cabañuelas! ya terminaron, porque son del 1ero al 12 de enero, el primero representa el clima del mes de enero, el 2 febrero y así hasta el 12 diciembre. Pues ya terminaron pero para mi todo el mes de enero representa lo que será todo el año. Jodida de lana y jodida de sexo. El sexo es gratis (casi siempre), vamos a la calle a buscarlo.
Y me salí a la calle, no como prostituta sino como puta buscando sexo por placer. Cuando Desdémona se siente necesitada de sexo, se sale a la calle y si liga a alguien. Siempre. Pues ¿por qué no habría de funcionarme a mi?, me puse guapa con las poquitas ropas que me quedan limpias, me super rasuré, maquillé, peiné y me salí a pasear como cualesquiera lo hace. Feliz. Enorme tacón. Mini falda ajustada, top.
No tuve mas que caminar y llegar a un parque mal cuidado con dos o tres bancas. En una de ellas había un tipo como de veintitantos años, feo, muy feo por cierto pero con tremenda erección. Cosa enorme. Sentado a placer en una de las bancas, mostrando a quien pasara por ahí su enorme cosota en plena erección. Bajé el ritmo de mi caminar, como fingiendo dolor de pies por tanto caminarx, vi la banca, no a él, a él fingí icnorarlo. Me senté rápidamente y me quité los tacones. Con las dos manos y de forma erótica empecé a sobarme mis pies. Gemía un poco de placer y decía “ay que rico”. Y mientras yo me sobaba mis pies el se sobaba su paquetazo. Me lo quería llevar a la cama inmediatamente pero no podía parecer tan urgida así que seguí sobándome los pies y seguí fingiendo placer por la sobada de pies. Y él se siguió sobando de montonazo y definitivamente estaba calientísimo porque cada vez gemía más rápido, y más, y yo más me sobaba las patas y él más se sobaba lo suyote y yo gemía más y él gemía más y yo más y él más y más y más y terminó en un grito pa’ dentro y uno más fuerte pa’fuera. Tremendo. Se vino. Su pantalón blanco cambió inmediatamente de color. Me sonrió, se levantó y se fue desfajandose la camisa para ocultar la enorme mancha (Word ® no me deja escribir enorme con triple o). Y ahí me quedé, bieeen masajiada de las patas pero sin sexo.

Ya saldrá en otra ocasión. Tal vez llame a José Luis. Mejor lo llamo ahora. Luego les cuento cómo me fue.