Mucho sol, mucha playa, poca fiesta y Roxana Banana

Pues este fin se semana tan esperado para los Cancunenses se llegó. Y sólo los Cancunenses sabían del evento. La Fiesta de Playa Más Grande del Mundo. Fiesta fiesta fiesta en toda la zona hotelera de Cancún. Y su servidora estaba allí pues aprovechó para ver si se ligaba algo pero pues nada. Nada de nada que valiera la pena ni tantito.


En rialidad sólo podía ir un rato por la mañana porque había que regresar a Playa del Carmen a hacerle frente a las responsabilidades laborales, aunque sea una vez en la vida. La idea era chutarnos las actividades de la mañana del sábado en Playa Delfines, juntos del Hilton. Quesque volibol, tenis, surf, música y mucho ambiente. ¡Aja!


Si había gente, mucha pero esperaba más. Sí había tenis y voibol playero pa' unos cuantos. Había una quesque fiesta de playa coca cola más aburrida que la misa del Padre Juanito allá por mis tierras. Y pos a mi me habían dicho que todo era gratis pero luego supe que no. Nada es gratis. Ni las sombrillas pa' taparse el sol. $50 pesos en teoría, pero los chamacos de las fotos, al igual que a los Cancunenses de las fotos, nos quitaron de ahí queriéndonos cobrar $150 por 1 metro de diámetro de sombra. NI DE PEDO.


Ni tarde ni perezosos soltaron sus latas de Sol, que luego usarían muy probablmente para fumarse algo y corrieron desiosos de hacer su agosto.
La familia ya se estaba acomodando y de inmediato fueron acosados por tan "finas y educadas" personas. De esas que se dan por montones por acá.


Y a la de a huevo sorprendieron a la familia cancunense tanto como nos sorprendieron a nosotros. Pobre familia, caminando por los 17 km que abarca la famosa o ni tan famosa fiesta, bajo un sol insoportable de verano, con 38 centígrados con factor humedad. Y después de decirte amablemente la "tarifa" por la triste y pobre sombrilla, te dan sólo 2 minutos para que lo pienses. Después de ahí amenazan con hacer uso de la fuerza.



Y al igual que nosotros, la familia se fue. Luego preguntamos a un amable señor policía y nos dijo que en efecto, las sombrillas se rentan a $50 el día. Cuando les dijimos de estos malandros su riacción fue más o menos así: "ah que cabrones estos". Y ya. Fue todo. No hubo más comentario al respecto.

Y como no había niuna sombrita decente en el lugar y estuvimos a punto de la deshidratación que ni con suero vida oral a cucharadas se quita, pues nos terminamos llendo. No sabíamos si esto nos iba a dar más flojera que quedarnos, porque el coche estaba extremadamente lejos. Bueno ni tanto pero bajo sol el camino sería lleno de sudor, arena y mucho calor (del que no se disfruta tanto). Ya desde arriba, por ahí del Boulevard Kukulkan (o como se escriba, a mi eso no me mortifica tanto), tomé este videito pa' que vean más o menos lo que había por ahí (OJO que no se ven los pañales cagados).



La verdad es que las playas de Cancún son requetebonitas y valen la pena, pero ya me había emocionado reteharto con esas festividades. Al final por todo lo pasado ni lo hermoso de las playas valían el sacrificio de estar ahí.

Pero como nos portamos rebien, ya encaminados al coche por el boulevard, diosito nos premió con un show en primera fila. Nada más y nada menos que Roxana Banana o como se llame el chango o la changa esa que vimos. Que muy pero muy bien educada, le dice de alguna manera a su amo quien manejaba un Shadow amarillo convertible que se parara porque necesitaba hacer de sus necesidades fisiológicas. Así que su amo, muy obediente y socialmente responsable, detuvo su auto en la orilla, ahí justo donde íbamos caminando nosotros. Roxana o como se llame el simpático animalito, se sentó el el borde de la puerta (recordemos que era un convertible) y con el culito al aigre dejó caer unas cuantas muestras de excremento. El señor, su amo, se bajó del coche y con mucho amor, como el de una madre a su hijo, le limpió la colita con una bolsa de plástico, luego recogió las muestras de sus deshechos naturales. Al final Roxana posó para las cámaras de los testigos, pero su atento y abusado dueño, sacó su camarota y empezó a ofrecer fotos carísimas con Roxana recién cagada. Ahí mismo, sobre el boulevard...