sábado, noviembre 19, 2005
2. No para de caer
Cuando era chiquita odiaba la lluvia porque mi ma no nos dejaba salir ni a la esquina, aunque tuviera ya como 15 años. Llover era lo mismo que quedarnos encerrados jugando a la lotería con mi abuela y mi ma. Nunca me ha gustado la lotería, aunque tengo que aceptar que al ver la carta de la sirena siempre le envidié esas chichis.
Ya grandecita odio la lluvia porque se me corre el maquillaje y no me alcanza para comprar polvos finos como los de Prudencia, así que si llueve no cuenten con Errática. Hoy el agua no ha parado de caer.
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