domingo, mayo 28, 2006

En camino al compromiso, Segunda Parte


¡Es un varón!
Se sentía como que había una fiesta en casa de Tom y de Doña Brenda, la mujer esa que reía no paraba de hacerlo y aparte aplaudía cuando lo hacía. Yo cada vez más nerviosa y no quería que mis nervios aumentaran así que timbré. No pasaron ni diez segundos y me abrió Tom que estaba anormalmente inquieto. Como emocionado. Entre que si nerviosamente emocionado y sacado de onda. Lo primero que hizo fue abrazarme y decirme suavemente en la oreja: “gracias por venir tan hermosa”.
Pasamos al interior de su menos humilde que la mía casa y de inmediato me llevó a la sala donde al parecer estaba la gente reunida. En cuanto nos acercamos y se escuchó cada vez más cercas el sonido de mis tacones rojos (de la buena suerte y para ocasiones especiales) el ruido y las risas desaparecieron. Vi a tres mujeres, una muy mayor yo creo que es la abuela de Tom, una más joven que inmediatamente identifiqué como la señora de las risas y Doña Brenda, que muy amablemente se levantó y me invitó a sentarme junto a ellas.
-Bueno Tom, ya la recibiste, ya te puedes ir a tu cuarto a terminar la tarea, en cuanto termines me la traes para revisarla. – Enérgicamente Doña Brenda se dirigió a su hijo quien obedientemente se retiró no sin antes darle un beso a su santa madre y otro a mi.

Y me quedé sola, ahí, entre Doña Brenda y dos mujeres más. Luego supe, la abuelita y la tía de Tom.

La abuelita, sin dejar de mirarme fijamente me invitó a sentarme a su lado. Y yo tan obediente como siempre. Ellas siguieron su conversación y yo en medio, la verdad que la viejita era rechistosa y la tía reía muchísimo. A mi eso me daba risa pero a ellas como que no les daba risa que a mi me diera risa así que mejor me quedé calladita. Pasó un rato y seguía ahí. Calladita prestando atención a su plática que en verdad no me interesaba tanto. Hasta que Doña Brenda rompió el silencio conmigo y me preguntó:
-¿Por qué crees que debo de aceptarte como mi yerna?
Eso de ser su yerna no me gustaba nada. Digo, si odio la idea de ser su nuera o de tener cualesquier relación con esa mujer, pero eso de que usen la palabra yerna conmigo me da como que no se que.
-Pues – Me sentí como una estúpida porque me tardé mucho en contestar. Y las tres estaban muy atentas a mi respuesta. Mientras analizaba lo que iba a decir, me acordé lo que Desdémona me decía, que tal vez las cosas cambiaran cuando convenciera a Doña Brenda que no soy la mejor opción para su hijo. Pero antes de eso necesito ganarme su cariño, su amistad para que se le quite por siempre la idea de meterme a la cárcel. – En realidad más que ser su “yerna” quiero ser la novia de Tom. Él me ha enseñado a ser una mejor persona, él es muy lindo, tierno, cariñoso. Desde que lo nuestro comenzó no hemos hecho más que….
-¡Por Dios Dobladora!, no quiero detalles. Sólo quiero que me contestes la pregunta y ya. Para mi no ha sido nada fácil aceptar esto. No sabes todo lo que Tom insistió para que te diéramos la oportunidad. Así que antes de que mi hijo baje, tienes que convencerme.
Piensa Errática piensa, no seas bruta, piensa en algo. A ver, ponte en lugar de la señora, si tu estuvieras en esa situación, ¿qué te gustaría escuchar entonces?
-Desde que su hijo y yo nos conocimos el niño cambió, dejó de ser tan retraído, se hizo más abierto, y no es gracias a mi, sino a que se dio la oportunidad de amar y ser amado…
-¿Pero por qué tú dobladora?, ¿por qué no una muchacha normal?. – La tía y la abuelita sólo escuchaban y trataban de entender la relación. Yo no esperaba que alguna de ellas me apoyara, pero en ese momento sucedió…
-¿Pues por qué habrá de ser hija? – Interrumpió la abuelita. – Porque al chamaco le gustan como a ella. Y la verdad es que la muchacha es guapa, pasadita de peso y un tanto mayorcita como para andar con mi Tomcito, pero si el niño quiere a la muchacha, pues déjalo.
Se sintió un enorme silencio en la sala, yo no quería voltear a ver a nadie. Es más, no podía decir nada. Estaba muy nerviosa, asustada.
-¡Mamá!, ¿no te das cuenta? – Doña Brenda se levantó molesta contra su propia madre. – No se qué estoy haciendo aquí y ahora con esta persona. Tú nunca me dejaste tener novio y a mis hermanos siempre le espantabas las novias. Esos novios y novias que tuvimos de adolescentes eran personas normales…
-¿Personas normales?, ¿qué tiene de anormal esta?, ¿no te gusta porque está gordita?, ¿no te gusta por que es mayorcita?
-¡Mamá!, ¿no te das cuenta de que esta mujer en verdad es…?
-¡Aaaaayyyy! – Interrumpí con un grito sordo sin querer, pero es que la plática me estaba poniendo bastante nerviosa, mucho más de cuando llegué. Mucho más que cuando les dije a mis papás lo que soy. Dios, ¿qué estaba haciendo ahí?
-Mamá, esta mujer no es una mujer, en realidad, es un varón. – Silencio eterno. - A Tom, mi hijo, tu nieto, a Tom no le gustan las mujeres, le gustan los hombres.

Ora me ven, ora no me ven
Esto en rialidad es un exprimento. Resulta que analizando mis estrátisticas y esas cosas que tanto me gusta analizar, en veces de forma errática, en veces no. Bueno, pos por andar de analítica descubrí que si ustedes ponen en el Google "Converse Playa del Carmen" así con comillas y todo, la primera opción que les arroja es un post mio que publiqué en Marzo de este año. La segunda opción es otro post mío que publiqué después. Y no hay tercera opción. Esto yo lo debo de tomar como una ventaja a mi favor. Gracias Converse. Si no me creen, denle click a este link que les pongo y verán. Ora me ven, ora no me ven y terminarán viéndome otra vez. ¿Lo intentamos?, Ora me ven, ¡ora no me ven!

No hay comentarios.:

 

Tell me when this blog is updated

what is this?

Subscribe form for your web page: