Puntual pero hecha un desastre

Procuré despertar de buenas, augurando un buen día tal y como me lo predijo Mizada. Para mi un buen día, en mis estándares actuales medio erráticos, era pasarla bien en el trabajo, sin presiones y terminar en la cama con un buen hombre. Bueno de bueno de cuerpo y guapo. Sin importar si es bueno o malo. Total. Aunqueeeee, Jacobo es bueno de alma y buenote. Por eso me impactó. Ni el argentino dueño original de esta lac toc estaba tan buenote como este norteñote. Tenía que ser mío. Así que desperté con el firmísimo propósito de verlo vestido y desvestido en una sola noche. Y esa noche era ese día.

Desayuné lait para estar mas ligera ese día. Me unté mi riquísima mascarilla de lodo. Rica más no fina. Del gual mar. Me puse mis mejores ropas de trabajo, usando las pinturas más finas que tengo para maquillarme, poquito porque era de día pero sin dejar de ser femenina. Y salí más segura que nunca. Al cruzar la calle me encontré a mi vecina Clara. Un pan de Dios la señora esta. Es muy de por acá y vive en una casa medio palapa. Tiene animalitos: Gallinas, conejitos y perritos. Tres perros. Nicolás, Estiven y Dilan. Está casada con un señor hermoso de alma y tienen 3 hijos bien trabajadores y hasta eso medio guapetones. Ni parecen hijos de sus padres. De veras. Nicolás de 22, el más guapo y antojable de todos. Estiven de 21, un amor de niño, creo que es tita como muchos de mis amigos geis pero es muy negada. Pero ya se aceptará. Y Dilan. De 20. Super estudioso el muchacho. Medio maniático de los chats y esas cosas. Pues estaba Doña Clara llore que te llore y como es relinda conmigo pos me detuve a ver que se le ofrecía. A duras penas le entendía pero en resumen me dijo que estaba retriste porque su perro Estiven, nombre en honor a su hijo del medio, había muerto. Que lo habían sacrificado. De hecho tiene sentido porque pos yo lo veía como que enfermo, como que flaco y medio aguitado. Y era retejuguetón . Pos me enteré que el perro se hizo adicto al huevo. Tal cual. Resulta que a escondidas, sabiendo que hacía mal, se robaba los huevos que ponían las gallinas y se los comía. En lugares medio oscuros para que no lo vieran. Y se hizo adicto. Y tal como un humano adicto a las drogas, se empezó a clavar en su vicio dejando por un lado la comida. Comía sólo huevos. Cada que se podía. Casi no tomaba líquidos. Pues se puso muy mal el pobre animal y como su problema era ya muy avanzado y casi imposible de curar, y como no te existe un programa de riabilitación de perros adictos a los huevos acá en Playa del Carmen, pos el veterinario propuso como única solución para poner fin a su sufrimiento que lo sacrificaran. Y pa’ cuando yo pasé por su casa a eso de las nueve cuarenta de la mañana, ya lo habían sacrificado. Y Doña Clara desconsolada. Llore que te llore afueras de su casa. Me vio y me abrazó. Soltando cuanta lágrima y moco se pudiera. Limpiando queseque involuntariamente sus líquidos en mi blusa y mejillas. Asqueroso. ¿Quién me manda a acercarme?, ¿quién me manda a ser caritativa cuando casi nunca lo soy? Mi blusa fresca de algodón y gasa, y mi maquillaje quedaron hechos un asco. Y sólo tenía 10 minutos para llegar a mi trabajo. Errática te será puta, pendeja, distraída, inocente y medio mamona en veces pero impuntual nunca. Jamás he dado tarde un show y jamás he llegado tarde al trabajo. Menos cuando he visto como la dueña de la trencería corre a las muchachas nomás por llegar un poco tarde. No podía permitir que me hiciera eso a mi. No porque me estaba yendo rebien con las propinas. Así que saqué de mi hermoso bolso la caja de Kleenex limpié lo que pude y en chinga hice la parada a un taxi. Bendito Dios, por un lado, porque me urgía llegar y en esta ciudad en desarrollo, conseguir un taxi cuando más lo necesitas es imposible. Más si no eres güerito y con dollar.
Por otro lado ni tan Bendito Dios porque el taxista era José Luis. “Errática que gusto, tenemos que hablar”. Lo evité muchísimas veces en rehartas ocasiones porque ya me da hueva que en veces me enamoro de una persona como él. De él. “Si quieres pero después. Llámame como a las 11, ahora tengo muchísima prisa y me urge llegar en 8 minutos a un lugar”. Le dije casi sin voltear a verlo. No tenía ni ganas ni tiempo para tener una plática aclaratoria de hartas cosas con él. “Pero todo el tiempo me evades, nunca me contestas”. Decía esto con el coche detenido y yo histérica. “Por favor maneja, si llegamos a la Quinta con Constituyentes en menos de 8 minutos esta noche te la dedicaré a ti entera”. Comenzó a avanzar en forma acelerada. “Es más, búscame ahí pasaditas las 11. Por donde se ponen las putas y los putos. Sólo que yo no soy ni lo uno, ni lo otro”.
Llegamos en 4 minutos. Le dí un billete de $500. “No te lo quedes todo, la feria me la regresas en la noche”. Y salí corriendo a mi trabajo.

Llegué a las 9:58 AM. Puntual, pero hecha un desastre. Y una nueva sorpresa me esperaba en el trabajo. Mi nuevo compañero. El que hace los tatuajes de henna. Tom Puc. “Errática, este muchacho es buenísimo para dibujar y le salen rebien los tatuajes temporales” me dijo la dueña de la trencería y ahora tatuajería temporal muy emocionada. “Y también soy buenísimo en otras cosas Errática, por si luego me quieres conocer mejor..” me dijo el imbécil de ese chamaco. Ya me dio hueva seguir escribiendo porque ya me emocioné mucho y me duelen harto las yemas de mis dedos por hacer tanta trenza, pero en resumen la seño nos preguntó que si nos conocíamos, yo contesté que no y él que sí. Al mismo tiempo. Me sentí en el Chavo del 8. Y al final nos dijo la seño: “Pues no me gusta meterme en las vidas privadas de las gentes que trabajan conmigo, pero les advierto que al primer problema que tengan, los dos se me van a la chingada”.

Y apenas eran las 10 de la mañana.