viernes, mayo 04, 2007
En Semana Santa una no debe pecar
Ya se que se mueren por saber cómo terminó todo ese día, el Jueves Santo del 2007. En resumen ahí les va: pasé la noche con Jacobo. También me le tuve que trepar a José Luis y Tom Puc terminó empapado y muy emocionado después del trabajito que tuve que hacerle.
Va por orden.
La mañana pasó requetelenta, el chamaco baboso seguía pintando cuerpos con henna mientras yo trenzaba y de reojo le mandaba besos a Jacobo. La verdad es que yo nunca le mentí a Jaco, le dije desde el principio que te soy trencera, que te fui dobladora, que te soy artista. Que te soy yo. Mi franqueza es lo que más les gustan a las gentes que terminan de alguna manera cercas de mi. Te soy bruta, lo acepto, pero también te soy franca, muy norteña aunque no te hable con acento de por allá. Y bueno, Tom hasta eso, parece ser tonto pero no lo es, por eso no me gusta, porque aunque me duela, a veces es más listo que yo y eso me choca. Más en él. Pos el chamaco definitivamente se perscató de que algo te estaba pasando entre Jaco, el cliente esperando por ser pintorrajiado y yo había algo. Aparte que nos había visto. Me jodió harto todo el tiempo. En una de esas se levantó para ir al baño y se me acercó y susurró a mis oídos: “Quiero que me la mames, que te la comas toda”. AY DIOS. “…Si me la mamas te juro que te dejo en paz. Al menos por hoy.” Hizo la Señal de la Santa Cruz con los dedos y la besó. Le creí. Y como me gusta el sexo. Pero no, esa noche me conservaría para Jacobo. En Semana Santa una no debe pecar según me enseñaron. Y también me enseñaron que el sexo fueras del matrimonio de las leyes de Dios es pecado. Así que esa semana me estaba guardando sólo para pecar una vez. Y Jacobo lo haría conmigo. Ese era mi propósito. Y eso dependía mucho de si Tom dejaba de coquetearme frente a Jaco. Le contesté a su lujuriosa propuesta: “Está biem” Seca. Y sí, dije está biem, como eme en lugar de ene como dicen por acá.
Él salía a comer a la 1 y regresaba a las 3. Yo a las 2 para regresar a las 4. Me hice un poco de bolas pero logramos ponernos de acuerdo, entre señas, que a las 2 que yo saliera me iba en chinga a mi casa donde lo veía para darle sus mamaditas. Lo que él no se esperaba era la clase de mamaditas que recibiría. Total, como el chamaco está rebruto y pendejo y aparte de todo es muy caliente, pues cualesquier cosa la relaciona con sexo, así que yo me burlaría de él y él ni cuenta se daría. Soy un genio.
Y así fue, llegué nomás pudiendo a mi humilde hogar que es suyo de ustedes y ahí estaba ya, el chamaco imbécil este, mostrando orgullosamente una tremenda erección. Pasamos a mi casa y antes de poder entrar y abrir las ventanas Tom ya estaba desnudo. Le dije que se acostara en la cama y que cerrara los ojos. Yo mientras tanto preparé una cubeta con agua y hartos hielos. Todos los hielos que estaban en las charolitas de esas que sirven para hacer hielos. Entré al cuarto y en la cama estaba Tom, acostado boca arriba y con los ojos cerrados, tal y como se lo había pedido. Como te soy puta pero conservadora no les voy a contar detalle de lo que hicimos, más bien de lo que le hice. Pero me salió bien el plan. Me le guardé a mi nuevo amor y Tom se fue contento. Mojado, helado pero contento.
Hora de regresar a la trencería, y todavía tenía que planiar qué iba a hacer con José Luis.
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